Redecoramos un reloj de bronce antiguo, inspirándonos en la leyenda de Sant Jordi. Aprovechamos el escenario de un caballero en su corcel, para adaptar la figura de un dragón de vidrio.
Empleamos la técnica Tiffany, soldando vidrios de colores para componer una geometría para el dragón, que aporta profundidad y envuelve a la figura del caballero, modernizado una escena clásica con un diseño contemporáneo.
Incorporamos una fuente de luz en la base del reloj, lo que añade un ambiente mágico al conjunto.
La percepción de la figura del dragón varía según el ángulo, otorgando dando más agresividad o suavidad a la composición.
Para el vientre del dragón, seleccionamos vidrios iridiscentes, mientras que para el resto de la figura optamos por vidrios semitranslúcidos de diversos colores. Estos materiales no solo reflejan la luz, sino que también interactúan entre sí creando un juego de reflejos cambiantes según la incidencia de la luz.









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Esta artesanía ya encontró su hogar
